El presente compendio recopila algunas de las experiencias
significativas, vividas durante el ejercicio
como docente de matemáticas en el grado undécimo de la institución Pedro
Nel Ospina, del municipio Ituango.
El registro de las vivencias tiene por objeto: analizar los
avances, las deficiencias, los comportamientos y las acciones dignas de
resaltar durante los periodos de clase de los estudiantes referidos
anteriormente
Mi primera reflexión tiene que ver con la desmotivación que denotan los jóvenes
por un aprendizaje significativo, por más que uno se empeñe en explicar e
ilustrar la importancia de un determinado proceso matemático; ellos solo
demuestran el afán de obtener una valoración como mínimo aceptable y para ello
se valen de las artimañas a que haya que acudir para lograr su fin. No tienen
conciencia de que en adelante van a necesitar contar con fundamentos esenciales
para su futuro profesional y personal.
Son escasos los estudiantes que se preocupan por profundizar
en un tema específico, por realizar una actividad por cuenta propia, por
consultar sobre algo, por realizar una exposición sobre algún tema; en la
mayoría de los casos se dedican a copiar las tareas, a pastelear, o a buscar
quién se las solucione, pero poco les interesa aprender los procedimientos
aplicados.
La educación ha cambiado mucho en las últimas décadas, se ha
tornado muy flexible y ya la formación intelectual del estudiante ha pasado a
un segundo plano, las legislaciones cada vez debilitan más el quehacer del
educador, cada día se puede exigir menos y se tiene que valorar más. Es
preocupante la pasividad con que los alumnos asumen su proceso de formación,
son muy pocos los que les gusta leer, indagar, investigar, interpretar y
cuestionar.
Nuestra tarea ha tomado otro rumbo, nos hemos convertido en
cuidadores, consejeros, psicólogos y defensores entre otros de unos chicos que
desconocen el cumplimiento de sus deberes pero que son especialistas en
reclamar sus derechos.
La crisis de valores que experimenta la sociedad actual se
evidencia en el aula y eso repercute en la formación de los estudiantes.
Me gustaría que la educación se impartiera como se llevaba a
cabo en mis tiempos de estudiante, que sólo aprobaba el que aprendiera, el que
demostrara buen comportamiento y respeto por las normas y no importaban los
porcentajes de reprobación, porque era más ideal formar personas de bien; no
tanto cantidad sino calidad, creo que esta es la causa del desfase que sufre la
educación en la actualidad.
Segunda reflexión
Para abordar los diferentes contenidos del cálculo
diferencial e integral es necesario que los estudiantes tengan conocimiento de
un gran número de conceptos aritméticos, algebraicos, trigonométricos,
geométricos entre otros; y cuando el
docente indaga sobre estos conceptos experimenta que la gran mayoría no los
recuerda, no los entiende, no los ha visto y entonces para lograr su objetivo
se tiene que dar a la tarea de repetir tales contenidos y esto dificulta su
quehacer, pues sus programas cuentan con un cronograma que se debe cumplir y
que se ve afectado por tales falencias.
Los estudiantes de nuestra institución cada vez más
demuestran su poco interés por aprender para la vida, solo se limitan a aprobar
un grado y no más. Piensan que a la institución solo se va a disfrutar, a
molestar la vida de los demás, a chacotear y que lo del estudio es secundario.
¿Qué clase de sociedad vamos a tener en los próximos años? Padres y madres de
familia poco preparados para la vida,
impuntuales, irresponsables, indisciplinados, vulgares, desaseados,
esclavos del celular y las redes sociales, carentes de principios y valores.
La legislación les clarifica muy bien sus derechos pero no
los concientiza de sus deberes y quedamos los docentes sin herramientas para
inculcarles buenas prácticas de convivencia, solidaridad, valores y principios
que hagan de ellos mejores seres humanos.
Tercera reflexión
Da gusto encontrar
algunos estudiantes con tantos deseos de superación, que demuestran
empeño y dedicación en su rol de estudiantes y en el cumplimiento de sus
deberes, pero también preocupación por que una vez terminen su bachillerato no
tienen más posibilidades de forjarse un futuro profesional ya que son de
familias carentes de recursos económicos, por lo tanto es imposible acceder a
las universidades que llegan a la región, o
a las que brindan formación en las capitales.
Las entidades gubernamentales deberían formular proyectos que
incentivaran la formación de tantos jóvenes que se encuentran en estas condiciones;
es sabido que existen algunos programas que apuntan a esto. Pero en realidad
son insuficientes para la gran demanda del país.
Por ejemplo en nuestro municipio hace días que no contamos
con la biblioteca municipal y es esta una de las únicas opciones con las que cuentan muchos niños y
jóvenes para realizar sus tareas, esto es una muestra del poco interés y valor
que se le da a la educación en nuestro pueblo; a nivel departamental ocurren
cosas parecidas como el recorte presupuestal para educación, el racionamiento
del gasto, el sistema de contratación y a nivel nacional ni se diga, se
vislumbra un afán por mostrar resultados ficticios a los reguladores
internacionales y esto afecta la realidad de la situación colombiana. Se quiere
que Colombia sea la más educada en el 2025 pero no se adoptan las políticas
adecuadas para lograrlo.
Los maestros tenemos los mejores deseos de forjar hombres y
mujeres de bien, pero cada vez contamos con menos herramientas para lograrlo y
el sistema descarga sobre nosotros toda la responsabilidad y la culpa del bajo
rendimiento de nuestros estudiantes, no es justo. Sí pretendemos vivir en paz
debemos priorizar las políticas y los presupuestos para educar al pueblo.
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